rutas de castilla



Para comerciar a larga distancia, los comerciantes medievales contaron con tres rutas: las vías terrestres, las fluviales y las marítimas. Aunque el transporte terrestre permitía alcanzar zonas del interior sin ríos, fue siempre el más caro y penoso, pues los caminos eran malos e inseguros y se debía pagar gran cantidad de impuestos.
Por seguridad, los mercaderes preferían el transporte fluvial. Las redes fluviales más importantes fueron las del río Po, el Ródano, el enrejado de ríos de la zona de Flandes. el Rin y el Danubio. Sin embargo, el medio fluvial también estaba sujeto a impuestos.
El medio de transporte más barato fue el marítimo, por eso fue el preferido a pesar de los riesgos de naufragio y de piratería, de la poca capacidad de las naves y de la lentitud del viaje. Además, un solo barco podía llevar las cargas de varios comerciantes a la vez.

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