judaísmo medieval

Mucho antes del holocausto, los judíos eran perseguidos en Europa. De hecho, fue una práctica común en las monarquías medievales que buscaban, fundamentalmente, expoliar sus riquezas o evitar las inmensas deudas que con ellos contraían. El carácter monoteísta de la religión judía granjeó a su población la enemistad de muchos pueblos de la Antigüedad. Era, en esencia, el miedo a lo distinto en un mundo poblado por religiones politeístas. La aparición del Cristianismo, que también cree en un solo dios, significó un punto de inflexión para los hebreos. Desde que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, la Iglesia irá diseñando un proyecto universal en el que se tenía en consideración a los judíos como el pueblo “deicida” por los que los utilizarán como cabezas de turcos de todos los males. Esta disposición histórica fue recuperada con la eclosión del nacionalismo en el siglo XIX y llevada a su máxima expresión por el Régimen Nacionalsocialista alemán.

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